Autores:
  • A veces, muchos de nosotros dejamos que ese enemigo del logro -el culpable 'autoderrota'- empequeñezca nuestras aspiraciones, asfixie nuestros sueños, nuble nuestra visión y deteriore nuestras vidas. La voz del enemigo nos susurra al oído: 'No puedes hacerlo'. Eres demasiado joven'. Eres demasiado viejo'. No eres nadie". Es entonces cuando recordamos que hemos sido creados a imagen de Dios. Reflexionar sobre esta verdad nos proporciona una profunda sensación de fuerza y poder.