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La única esperanza que tienes es aceptar el hecho de que ya estás muerto. Cuanto antes lo aceptes, antes podrás funcionar como se supone que debe funcionar un soldado: sin piedad, sin compasión, sin remordimientos. Toda guerra depende de ello.
La única esperanza que tienes es aceptar el hecho de que ya estás muerto. Cuanto antes lo aceptes, antes podrás funcionar como se supone que debe funcionar un soldado: sin piedad, sin compasión, sin remordimientos. Toda guerra depende de ello.