-
Me enseñaron que el mundo tenía muchos problemas; que yo podía luchar y cambiarlos; que los dones intelectuales y materiales conllevaban el privilegio y la responsabilidad de compartirlos con otros menos afortunados; y que el servicio es el alquiler que cada uno de nosotros paga por vivir: el propósito mismo de la vida y no algo que uno hace en su tiempo libre o después de haber alcanzado sus metas personales.