-
Cuando has sido pobre toda tu vida, nunca piensas que podría ser de otra manera. Y a veces incluso te alegras, porque al menos tienes a tu familia y tu salud y tus brazos y piernas y un techo sobre tu cabeza.
Cuando has sido pobre toda tu vida, nunca piensas que podría ser de otra manera. Y a veces incluso te alegras, porque al menos tienes a tu familia y tu salud y tus brazos y piernas y un techo sobre tu cabeza.