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Así es la vida. No es más limpia que una cocina; apesta como una cocina; y si quieres cocinar tu cena, debes esperar ensuciarte las manos; el verdadero arte está en volver a limpiarlas, y ahí reside toda la moralidad de nuestra época.
Así es la vida. No es más limpia que una cocina; apesta como una cocina; y si quieres cocinar tu cena, debes esperar ensuciarte las manos; el verdadero arte está en volver a limpiarlas, y ahí reside toda la moralidad de nuestra época.