Echaba tanto de menos Hogwarts que era como tener un dolor de estómago constante. Echaba de menos el castillo, con sus pasadizos secretos y sus fantasmas, sus clases, ... el correo que llegaba por lechuza, los banquetes en el Gran Comedor, dormir en su cama con dosel en el dormitorio de la torre, visitar al guardabosques, Hagrid, en su cabaña junto al Bosque Prohibido en los terrenos y, sobre todo, el Quidditch, el deporte más popular del mundo de los magos...