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Mi pensamiento, cuyo asesinato aún no es más que fantasía, sacude de tal modo mi único estado de hombre Que la función se ahoga en la conjetura, Y nada es sino lo que no es.
Mi pensamiento, cuyo asesinato aún no es más que fantasía, sacude de tal modo mi único estado de hombre Que la función se ahoga en la conjetura, Y nada es sino lo que no es.