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  • A veces, cuando coges a tu hijo en brazos, puedes sentir el mapa de tus propios huesos bajo tus manos, u oler el aroma de tu piel en su nuca. Esto es lo más extraordinario de la maternidad: encontrar una parte de ti misma, separada y aparte, sin la cual no podrías vivir.

    Jodi Picoult (2007). “Perfect Match”, p.218, Simon and Schuster