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  • La Unión Soviética intentó vender un conjunto de ideas, muy de izquierdas, y centrarse en la llamada paz. A Vladimir Putin no le importa quién le ayude a impulsar su agenda. Se siente igual de cómodo con la política de Nigel Farage y Corbyn en Gran Bretaña, Le Pen y Jean-Luc Mélenchon en Francia. Ya sean de extrema izquierda o nacionalistas, no le importa, siempre y cuando apoyen el caos y la destrucción y el debilitamiento de las instituciones existentes.

    Fuente: www.gq-magazine.co.uk