Google, Facebook, Amazon, Apple están entre los monopolios más poderosos de la historia de la humanidad. El problema es que tienen una enorme capacidad para moldear nuestra forma de pensar, de filtrar el mundo y de absorber la cultura. Y si fueran sólo empresas, tal vez no deberíamos estar tan preocupados por ellas, pero desempeñan un papel increíblemente vital en la salud de nuestra democracia.