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  • Gracias a Internet, creo, mucho odio se ha trasladado a lugares más anónimos. Mucha gente descarga así su agresividad. O se dedican a odiar desde el coche, cuando van en coche, gritan una estupidez por la ventanilla en un semáforo y se largan. Odiar ya no es tan complicado y laborioso como antes. No hay tanta interacción cara a cara. Facebook les ha vuelto perezosos.

    Fuente: www.guernicamag.com