Imagina un mosaico de una casa en el campo: montones de azulejos rojos, azules, amarillos, negros, marrones, blancos y una docena de tonos diferentes de verde que forman un hermoso cuadro si te alejas lo suficiente. Todos los cuadraditos rojos son verdaderos: cosas verdaderas, lugares verdaderos, sentimientos verdaderos. Pero los cuadrados rojos no son la imagen. Todo lo demás son mentiras e historias, a menudo en la misma frase.