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  • Muchas de las cosas por las que luchan las feministas tendrían un gran impacto positivo tanto para los hombres como para las mujeres. Por ejemplo, la tasa de suicidios masculinos. En parte, el problema surge de la idea de que los hombres son duros y varoniles, que "los chicos no lloran" y que les da vergüenza hablar de sus sentimientos. Por eso los hombres son menos propensos a pedir ayuda y apoyo cuando tienen problemas de salud mental. Pero este estereotipo de género, que coexiste con la idea contraria de que las mujeres son excesivamente emocionales, "histéricas" u "hormonales", es uno de los que las feministas luchan por desmentir.