Autores:
  • No perdonar prolonga el dolor y la ira y conduce al resentimiento latente, que nos hará desgraciados hasta que nos mate. El resentimiento destruye la percepción de la realidad. A medida que tratamos de doblegar el mundo para acomodarlo a nuestro resentimiento, miedo y egoísmo, nos volvemos menos precisos en la comprensión del mundo. Esto acaba destruyendo nuestra capacidad de afrontar la vida con éxito.