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  • Me acordé de una vez en que mi abuela me pidió que le explicara la televisión: las tripas, no las imágenes graciosas. Hay cosas que no se pueden enseñar en diez lecciones fáciles, ni popularizar para las masas; requieren años de sudor de cráneo. Esto sería una traición en una época en la que la ignorancia se ha impuesto y la opinión de un hombre es tan buena como la de otro. Pero ahí está. Como dice Star, el mundo es como es y no perdona la ignorancia.