Los ciudadanos, tal y como los conciben los gobiernos, son personas que admiran el statu quo y están dispuestas a esforzarse por preservarlo. Curiosamente, aunque todos los gobiernos pretenden producir hombres de este tipo con exclusión de todos los demás, sus héroes del pasado son exactamente del tipo que pretenden evitar en el presente. Los estadounidenses admiran George Washington y Jefferson, pero encarcelan a quienes comparten sus opiniones políticas.