El hombre no es un noble salvaje, es un innoble salvaje. Es irracional, brutal, débil, tonto, incapaz de ser objetivo en todo lo que atañe a sus propios intereses: eso es todo. Me interesa la naturaleza brutal y violenta del hombre porque es una imagen fiel de él. Y cualquier intento de crear instituciones sociales sobre la base de una visión falsa de la naturaleza del hombre está probablemente condenado al fracaso.