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  • Una enorme masa de ladrillos, humo y barcos, sucia y polvorienta, pero tan amplia como la vista pueda alcanzar, con una vela que salta a la vista y se pierde entre la foresta de mástiles; un desierto de campanarios que se asoman de puntillas a través de su dosel de carbón marino; una enorme y oscura cúpula, como una corona de gorro de tonto en la cabeza de un tonto... y ahí está la ciudad de Londres.