-
La razón para perdonarnos a nosotros mismos no es porque nos apetezca o porque queramos vernos libres de culpa, sino porque limitamos lo que podemos recibir de Dios cuando nos aferramos a nuestro pasado. Él quiere hacer mucho más de lo que podamos imaginar. Perdonarte a ti mismo empieza por creer en el increíble amor de Dios por ti y aceptar su asombrosa gracia y misericordia. Si Dios Todopoderoso puede perdonarnos, ¿quiénes somos nosotros para aferrarnos a lo que Él no sólo ha perdonado, sino que ha olvidado?