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  • Cada vez que nos centramos en la oscuridad de otra persona, estamos bloqueando nuestra propia visión de la luz. Pensamos que la persona con la que nos relacionamos nos ha atacado o nos ha negado el amor, cuando en realidad no es así. Nos centramos en su culpabilidad en lugar de en su inocencia. A menudo, las personas sólo son ellas mismas y empezamos a proyectar en ellas nuestros dramas infantiles, alejando el amor que tanto deseamos.

    Fuente: www.awarenessmag.com