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Por los dos tramos de escalones de la terraza, la lluvia corría desenfrenada y golpeaba la gran puerta, como un rápido mensajero que despertara a los que estaban dentro.
Por los dos tramos de escalones de la terraza, la lluvia corría desenfrenada y golpeaba la gran puerta, como un rápido mensajero que despertara a los que estaban dentro.