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  • La realización de milagros para edificación era tan ardientemente admirada por los piadosos victorianos como severamente desaconsejada por Jesús de Nazaret. No es que los victorianos fueran los únicos en este sentido. Los escritores modernos también se complacen en hacer milagros edificantes, aunque por lo general prefieren utilizarlos para conseguir finales infelices, con lo que se ganan el título de realistas.

    Dorothy L. Sayers (2015). “The Mind of the Maker”, p.58, Open Road Media