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Una reducción del diez por ciento de los gastos militares al año sería razonable, unida a un programa de reciclaje de la mano de obra y de reorientación de los recursos de forma que se cree empleo y se avance en el bienestar social. También animo a todos los Estados a que contribuyan al Informe anual de la ONU sobre gastos militares presentando datos completos sobre los presupuestos nacionales de defensa.