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  • Los ingleses también tenían fama, compartida con los holandeses, de volar sus barcos para evitar ser capturados. En 1611, por ejemplo, el almirante español Don Pedro de Toledo capturó un barco pirata turco, pero su consorte inglés, "acostumbrado a buscar una muerte voluntaria antes que rendirse, voló su barco cuando vio que la resistencia era inútil". Volar sus barcos, o al menos amenazar con hacerlo, se convertiría en una práctica habitual de los piratas.

    Peter Earle (2013). “The Pirate Wars”, p.30, Macmillan