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  • Una verdadera autobiografía es una confesión en el lecho de muerte. Un hombre de verdad tiene tanto trabajo que hacer que no tiene tiempo para contemplar su ayer, porque el día y el mañana están aquí, con sus impacientes tareas. El mundo está tan ocupado, también, que no puede permitirse estudiar la obra inacabada de ningún hombre; porque el final puede demostrar que es un fracaso, y el mundo necesita obras maestras.

    Mary Antin (2013). “The Promised Land”, p.12, Courier Corporation