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  • El habitante de Londres podría pedir por teléfono, sorbiendo su té de la mañana en la cama, los diversos productos de la tierra entera -- podría al mismo tiempo y por los mismos medios aventurar su riqueza en los recursos naturales y la nueva empresa de cualquier cuarto del mundo -- podría asegurar inmediatamente, si él deseó, medios baratos y cómodos del tránsito a cualquier país o clima sin pasaporte u otra formalidad.