Todo lo que está más allá del alcance del sentido y del conocimiento, todo lo que se discierne imperfectamente, la fantasía lo desmenuza a su antojo; y todo menos el momento presente, sino el lugar presente, la pasión lo reclama para sí, y se cierne sobre él con alas desplegadas, estampándolo con una imagen de sí misma. La pasión es dueña del espacio infinito, y los objetos distantes agradan porque lindan con sus confines y son moldeados por su tacto.