También he sido atacado por mis oponentes como alguien que pretende purgar las facultades universitarias de profesores izquierdistas. Esto es falso. La primera disposición de la Declaración de Derechos Académicos es que ningún profesor debe ser contratado o despedido por sus opiniones políticas. Nunca he pedido el despido de ningún profesor por sus opiniones políticas, ni lo haría.