Autores:
  • Durante mucho tiempo ha sido una tradición entre los escritores de novelas que un libro debe terminar con todo el mundo consiguiendo justo lo que quería, o si el final feliz convencional era imposible, entonces debe ser una tragedia en la que uno o ambos deben morir. En la vida real muy pocos de nosotros conseguimos lo que queremos, nuestras tragedias no nos matan, pero seguimos viviéndolas año tras año, llevándolas con nosotros como la cicatriz de una vieja herida.